Se han normalizado tanto el estrés y las cargas laborales que se asumen como circunstancias de la vida con las que se debe aprender a lidiar. Para muchos, el trabajo importa más que la salud, porque primero está la reunión que el almuerzo, el informe que hacer ejercicio o armar la presentación en lugar de compartir un rato con la persona a la que se quiere.
Lo grave es que de esos estilos de vida llenos de estrés por el trabajo suelen desprenderse problemas mentales. Está comprobado científicamente que un trabajo agobiante o un jefe desesperante pueden dañar la cabeza y, por ahí mismo, la salud integral de las personas. Bajo esa premisa, Felipe Villegas, psiquiatra y médico laboral, comenzó a estudiar hace casi una década el impacto de las llamadas enfermedades mentales laborales, que fueron reconocidas como causa de incapacidad en Colombia, según la Resolución 2646 del 2008.
Villegas, quien tiene una clínica que se especializa en tratar personas que padecen estos males, afirma que los trastornos mentales suelen ser la forma como explota la presión a la que se ven sometidos los trabajadores cuando hay entornos laborales nocivos. Y agrega que la salud mental laboral es un campo poco explorado y a la vez en crecimiento en el país.
En realidad no hay cifras nacionales que den cuenta de la magnitud del problema, dice Villegas. Se sabe que uno de cada diez colombianos ha sufrido o sufrirá algún tipo de problema de salud mental a lo largo de su vida, pero es difícil determinar cuántos de estos fueron por factores laborales, explica, “porque hoy persiste el tabú por el tema psiquiátrico y muchas personas ni siquiera consultan por temor a perder el trabajo”.
De acuerdo con su experiencia, los motivos más frecuentes de consulta se agrupan en cuatro patologías grandes: el trastorno mixto de ansiedad y depresión, que se caracteriza por ideas depresivas, alteraciones del sueño, del apetito, de la libido, ideación de muerte o suicidio, fatiga y disminución del placer; los trastornos adaptativos, que responden a una dificultad del trabajador de adaptarse a una situación que genera estrés; el trastorno de estrés postraumático, que se da cuando hay síntomas asociados a un evento traumático agudo donde el trabajador experimenta temor intenso frente a la posible repetición de este, y el trastorno de ansiedad generalizado, que es ansiedad durante gran parte del día y que dura por lo menos unos seis meses.
¿Por qué el estrés puede transformarse en enfermedad mental?
Se debe decir primero que el estrés no es una enfermedad, sino una reacción fisiológica frente a un agente externo. Se deben ver entonces condiciones propias del trabajador como su personalidad, la crianza y qué tan severo ha sido ese nivel de estrés. Esos factores predisponen y pueden ser un coctel para un mal mental severo.
¿Cuándo se habla de estrés crónico laboral?
Cuando las altas cargas de trabajo y las tareas generan demandas emocionales grandes, por factores como cambios de horario, turnos nocturnos, no tener un jefe empático y no sentirse motivado. Todo eso causa un riesgo psicosocial, pues cuando se mantiene por mucho tiempo puede originar una enfermedad mental repentina.
¿Qué puede causar en el cuerpo ese estrés?
Hay muchos órganos que se ven afectados por el estrés crónico y por eso las manifestaciones van desde el aumento de la presión arterial, de los triglicéridos, el colesterol y la glicemia; hasta las alteraciones del sueño y de la hormona de la tiroides, la obesidad y afectaciones de tipo cognoscitivo o de la memoria.
Incluso hay documentadas muertes por estrés…
En la década de los 90 llamaron ‘karoshi’ en Japón a la ola de muertes de trabajadores jóvenes que tenían horarios muy extensos y fallecían principalmente de enfermedades cardiovasculares, a pesar de que no tenían mayores riesgos, salvo el estrés.
¿Cómo saber si un ambiente laboral está poniendo en riesgo la salud mental?
Lo primero es identificar las señales que da el cuerpo, como problemas de sueño o de alimentación, alteraciones frecuentes del ánimo, temores injustificados relacionados con el trabajo que mejoran cuando no se está expuesto a él. Cuando estos síntomas son cada vez más crónicos y severos se podría estar constituyendo una enfermedad mental laboral.
¿Cómo identificar los límites de lo tolerable?
Todo deja de ser tolerable cuando los síntomas alteran mi funcionalidad como trabajador y como persona, cuando empiezo a tener problemas con mi pareja, amigos o familia, cuando dejo de ser productivo o puntual. Cuando eso ocurre se debe consultar. Y cuanto antes, mejor.
Hablemos entonces de ambientes laborales sanos. ¿Cuáles son?
Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) del 2012 encontró que tener una mayor satisfacción laboral, un buen jefe y trabajar en el sector privado y el hecho de poder conciliar el trabajo con la familia hacen que las personas tengan menos posibilidades de ausentarse del trabajo, lo que en últimas es un indicador muy importante de un ambiente laboral sano, con bajos niveles de estrés. Ese mismo estudio halló que quienes más se ausentan son los trabajadores con una enfermedad mental severa, los que se sienten inseguros con su contrato laboral y los que tienen una alta carga laboral.
¿Qué se entiende por un buen jefe?
La principal causa del estrés en el trabajo es el jefe, según reportan los pacientes. Para ser un buen jefe se debe ser empático, entender al trabajador en todos los sentidos, acompañarlo en sus buenos y malos momentos y sacar lo mejor de él. Ser buen jefe es evitar que alguien desarrolle enfermedades mentales.
¿La gente suele consultar?
Aunque hemos aumentado el acceso al psiquiatra, ir a consulta sigue siendo un tabú, especialmente por el estigma. Existe temor en los trabajadores de que se asocie esto con posibles consecuencias y eso hace que haya un gran subregistro de las enfermedades mentales causadas por el trabajo.
¿Cómo enfrentarlo?
Hay ciertas cosas que deben cuidarse, entre ellas los ciclos de sueño, el descanso suficiente, el fomento de las actividades físicas, así como las sociales y familiares, y sobre todo tener personas cercanas que puedan darle equilibrio a la mente. Hay que reconocer temprano los síntomas del estrés crónico, buscar una posible asociación con el trabajo y consultar a tiempo para hallar el tratamiento adecuado. Es fundamental disminuir el estigma de estas enfermedades porque la realidad es que son muy frecuentes en la población general y el hecho de satanizarlas lo único que impide es prevenirlas y tratarlas.