Estamos tan acostumbrados a controlar de alguna manera lo que nos ocurre, que el solo hecho de pensar que no debemos hacer algo de manera directa para arreglar nuestros problemas, nos puede generar otro adicional.
Entendamos que esos “problemas” los hemos creado nosotros mismos, que son el resultado de nuestros pensamientos del pasado, de algún momento de nuestras vidas. Son el resultado de habernos enfocado en un punto en particular, haber puesto nuestra atención en ello y ahora, se ha materializado.
No podemos cambiar nuestro pasado, pero sí podemos cambiar nuestra manera de actuar en el presente y formarnos un futuro más cercano a lo que nos gustaría.
Pero, ¿qué hacemos con lo que ya está? ¿qué hacemos con nuestra creación? Pues seguiremos creando, pero así al estilo de cobertura de tatuajes, no nos haremos un tratamiento larguísimo sobre un tatuaje para eliminarlo, tampoco seremos radicales y extremistas y nos quitaremos el pedazo de piel… haremos una cobertura de lo que ya está y de manera consciente vamos a elegir lo nuevo que queremos plasmar.
Para algunos sonará melodioso, para otros, sonará estruendoso y algunos pensarán que es una burla… Dirán tengo toda mi vida pensando de una manera, ¿cómo es que puedo cambiar mi manera de pensar? Pues afortunadamente sí se puede y ése será el primer pensamiento que nos repetiremos hasta el cansancio. Lo repetiremos hasta que nuestro subconsciente lo asuma como una creencia.
En paralelo, vamos a ir reconociendo todo pensamiento que nos desfavorezca y vamos a sustituirlo por otro positivo. Pero debemos ser unas águilas, estar atentos… Nuestras emociones siempre nos darán pistas, si la emoción que sentimos es desagradable, estamos pensando algo que no nos conviene y por ende estamos creando algo que no nos gustará. Al principio puede resultar agotador, pero será la fase de identificación.
Se sorprenderán con la cantidad de pensamientos negativos que detectan (si son honestos con ustedes mismos). Les debe llamar la atención la cantidad de veces que fijan su atención en lo que no les gustaría que estuviese en sus vidas. Poco a poco, como todo proceso de entrenamiento los pensamientos que no nos favorecen van a ir quedando de lado y los que crean la vida que queremos, predominarán… Y así, nuestros problemas dejarán de manifestarse y en su lugar tendremos otro tipo de experiencias.
Yo ya no arreglo mis “problemas”, arreglo mis pensamientos y los “problemas” se arreglan solos.
Louise Hay
Por: Sara Espejo