En función del estadio evolutivo en el que nos encontramos, vemos, comprendemos y nos relacionamos con nuestras circunstancias de una determinada manera. Cuanto menor es nuestra evolución, más egocéntricos, victimistas, ignorantes e insconscientes somos. Y como consecuencia, más sufrimos, luchamos y entramos en conflicto con los demás. Por el contrario, cuanto mayor es nuestra evolución, más altruistas, responsables, sabios y conscientes somos. Y por ende, más felices nos sentimos y mayor es nuestra capacidad de amar y de servir a los demás.