El Ego dijo: Cualquier tiempo pasado fue mejor, el Espíritu respondió: el pasado no existe es solo un sueño de tu mente dividida, sólo este momento es real.
El Ego dijo: Prepárate para alcanzar tus sueños y establece tus objetivos, el Espíritu respondió: no hay mayor sueño a alcanzar que el desasimiento de todos ellos para Ser y conocer quien realmente eres.
El Ego dijo: Defiende tus creencias y no permitas que te quiten la razón, el Espíritu respondió: La única creencia real es saber que todas ellas son irreales y que por tanto no hay nada que defender ni proteger.
El Ego dijo: Los otros tienen la culpa de mis circunstancias. El Espíritu respondió: Los otros solo reflejan las efectos de tus creencias inconscientes, perdónate y perdónalos por mantener y proyectar sueños ilusorios de división.
El Ego dijo: Esfuérzate y compite por ser mejor a diario. El Espíritu respondió: No existe el ser mejor ni peor, todo lo que puedes llegar a ser ya lo eres en esencia, no hay nada que mejorar ni lograr sino solo deshacer los velos que no te dejan Ser lo que siempre fuiste y serás.
El Ego dijo: Protege lo que tienes porque podrías perderlo. El Espíritu respondió: Si proteges lo que tienes lo perderás, si lo compartes y lo das lo conservarás.
El Ego dijo: Divide y vencerás. El Espíritu respondió: Une y recordarás.
El Ego dijo: Hay alguien especial que te amará de una forma genuina. El Espíritu respondió: El Amor no entiende de especialismos y nadie externo a ti puede darte lo que ya eres. El Amor se da al Amor sin grados, requerimientos ni condiciones para ello.
El Ego dijo: Sacrifícate por los demás y ganarás tu lugar en el Cielo. El Espíritu respondió: Ya estás en el Cielo y todo sacrificio es solo el intento de “pagar” una culpa inconsciente que nunca existió al separarte de Dios. Tu lugar en el Cielo es inviolable, hagas lo que hagas y tardes lo que tardes en recordarlo.
El Ego dijo: El sufrimiento es necesario para alcanzar el paraíso. El Espíritu respondió: El sufrimiento es necesario solo para deshacer las mentiras que la mente dividida fabricó, una vez te das cuenta de ello y te perdonas es totalmente innecesario.
El Ego dijo: Tu cuerpo, tus pensamientos y tus emociones es lo que eres. El Espíritu respondió: Toda forma física o no física que pretenda percibirse separada de otras formas no existe más que en el sueño de separación. Lo que eres no puede medirse ni identificarse en el espacio.
El Ego dijo: Tienes todo el tiempo del mundo para evolucionar. El Espíritu respondió: Lo que fue creado perfecto no precisa de ninguna evolución y el tiempo existe solo en el sueño. Eres atemporal y existes en la eternidad.
El Ego dijo: La Enfermedad y la Muerte son inevitables. El Espíritu respondió: La Enfermedad está solo en la mente dividida en forma de ilusión aparente, no existe como tal, así como la Muerte, lo que nunca nació no puede morir. Sólo la Vida es real y esta no se encuentra en el Mundo que percibes.
El Ego dijo: Nunca serás lo suficientemente bueno, siempre habrá alguien mejor que tu. El Espíritu respondió: No hay nadie mejor ni peor que nadie, Dios tiene un solo Hijo creado perfecto a imagen y semejanza del mismo, el cual está regresando al Hogar de innumerables y distintas maneras. El Juicio Final (El final de todo juicio) es inevitable.
El Ego dijo: Hay que juzgar y condenar a aquellos que obran mal. El Espíritu respondió: Todo juicio y condena que realizas es siempre contra ti mismo por el deseo de perpetuar el sueño de “pecado”, culpa y castigo que hace posible la manifestación del Mundo que percibes. Pide que se te corrija esa percepción para poder ver el Mundo Real.
El Ego dijo: Hay que controlar a las personas y las acciones de los demás a fin de lograr los objetivos deseados. El Espíritu respondió: Todo control es fruto del miedo a perder lo que nunca fue tuyo ni será jamás, todo lo que nace morirá y desaparecerá, pero quien no nació nunca no puede morir y por tanto no hay necesidad de control alguno. Tuyo es el reino de los Cielos en su totalidad.
El Ego dijo: Si das lo que tienes lo perderás. El Espíritu respondió: Es dando como puedes conservar lo que tienes. Aquello que no das lo pierdes para siempre.
Fuente: Un curso de Milagros