El tratamiento de adicciones es uno de los aspectos más complejos a trabajar desde la psicología, principalmente porque aborda no solamente al paciente, sino también a su entorno. Lograr el acompañamiento, la comprensión y el trabajo conjunto son claves para la recuperación de aquellas personas que deben luchar día a día contra una adicción. En el abordaje de adicción a sustancias, es importante primero conocer y detectar las causas.
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La adicción a determinadas sustancias y los comportamientos tendientes a ello, están originados principalmente en dos factores: múltiples genes que hacen propensa a la persona, y factores ambientales y del entorno que al actuar en conjunto, hacen vulnerable a la persona.
El componente ambiental es fundamental para el desarrollo de las adicciones, porque previamente al desarrollo de una adicción, el sujeto debe haberse visto expuesto a la sustancia, a tal punto que posteriormente se hace dependiente de ella. Además, hay factores que predisponen a una persona a volverse adicta: puede haber historial de trastornos mentales en la familia, inestabilidad emocional, experiencias traumáticas durante la infancia y familias de estructura disfuncional, entre otras. Por eso, no toda persona que tiene contacto previo con sustancias termina siendo adicta, sino que depende de otros factores que configuran la personalidad de los individuos.
Aquellas sustancias que generan las adicciones tienen una acción directa sobre la corteza cerebral y su correcto funcionamiento. Lo que hacen es modificar el funcionamiento de determinados sistemas de neurotrasmisores que generan alteraciones en la cognición, emociones, motivaciones y conductas de los individuos.
Las sustancias activan lo que se denomina ‘circuito de recompensa cerebral’, e incluye estructuras del sistema límbico que utiliza mecanismos fisiológicos como los de los refuerzos naturales (agua, comida, conducta sexual). Los neurotransmisores se activarán con diferente intensidad y allí recae el nivel de adicción que se irá generando en el individuo.
También se activan los recuerdos y sensaciones asociados al consumo de sustancias, generando necesidades imperiosas o deseos por experimentar de nuevo dichas sensaciones. Incluso las adicciones pueden generar comportamientos automáticos de búsqueda y consumo de dichas sustancias
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Existen numerosas sustancias que pueden generar adicción, y algunas de ellas hoy son legales. Por ese motivo, enlistar las más importantes es una forma de ayudar a las personas a tomar muy en cuenta la forma en la que se relacionan con este tipo de sustancias.
Todas estas sustancias pueden desencadenar, en personas con genes específicos y un contexto ambiental propio, adicciones de mayor o menor intensidad. Esto no quiere decir que cualquier persona que consume un vaso de cerveza terminará volviéndose adicto. Sino que hay que prestar atención al comportamiento de las personas en el contexto del consumo.
Algunas de las sustancias pueden tener un nivel de adictividad más fuerte, pero en definitiva el comportamiento en el sistema mental es el mismo, por lo cual la posibilidad de generar una adicción dependerá de las condiciones del sujeto, su entorno, sus experiencias en la infancia y la adolescencia y la existencia de genes específicos.