El momento que vive nuestra Madre Tierra con cada Luna Nueva es un gran impulso para sus fuerzas de crecimiento, de restauración y fortalecimiento.

Es quizá una semilla en sí misma y por eso es conocida por ser la luna de las siembras y las curaciones.
En nosotros funciona igual: se abre un espacio de labor en el que podemos «sembrar» o restaurar algo importante para nuestro bien y el de todos. A través de los sonidos sanadores y dinámicas inspiradas en las Constelaciones Familiares podremos laborar juntos sobre lo que este clima o contexto energético nos propone.

¿Qué nos muestra?

La energía Virgo revela el misterio de la presencia femenina en nosotros, en el arquetipo de Madre o de quien cuida.
Como su energía es del elemento Tierra y mutable, es extraordinaria para observar nuestra salud y qué nos aporta o fortalce.
Nos ofrece un contexto maravilloso para atender al cuerpo y así llegar al alma, a nuestra salud plena. Desde la astrología terapéutica tomamos también la figura de Ceres o Madre Tierra, amorosa proveedora de vida y sustento. Con este gran respaldo jamás estaremos solos ni desatendidos. Con una pisca de gratitud y aceptación podremos encontrarnos con nuestra verdadera naturaleza amorosa y compasiva, donde todo es y está sano.

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