La magia que envuelve a los cristales de cuarzo no es otra que la magia de la energía de la Madre Tierra contenida en el reflejo interno de sus moléculas que vibran energéticamente alto. La capacidad que poseen estos instrumentos al servicio de la humanidad es el de armonizar vibratoriamente con la energía de la persona que lo necesita y polarizarla de negativa a positiva.