El universo es un bosque oscuro. Esta comparación es central en la novela de ciencia ficción El bosque oscuro, de Liu Cixin, y es la premisa de una teoría escalofriante que busca responder una eterna pregunta: si hay vida en otros planetas, ¿por qué no nos han contactado? La respuesta a esta cuestión cósmica ha sido discutida ampliamente en libros y películas, pero también en los círculos científicos.
La teoría del bosque oscuro responde a dos postulados existentes en la comunidad científica: la ecuación de Drake y la paradoja de Fermi. La primera toma las variables involucradas en la cuestión de la vida extraterrestre y produce un resultado matemático. Según la ecuación de Drake, a estas alturas ya tendríamos que habernos topado con por lo menos 20 civilizaciones alienígenas en el sistema solar.
Pese a esto, la vida extraterrestre que conocemos hasta ahora es absolutamente cero. La discordancia entre estos factores es el eje central de la paradoja de Fermi. Si hay tantas posibilidades de toparnos con civilizaciones alienígenas, ¿por qué no hemos sido contactados por alguna? El postulado del bosque oscuro se atreve a ir más lejos de esta paradoja irresoluble. La novela de Cixin presenta estos argumentos:
Debido a que las civilizaciones extraterrestres podrían guiarse por estos preceptos, el comportamiento que toman en la novela de Cixin es el silencio. ¿Para qué arriesgarse a ser descubiertos si eso implica un peligro inminente? Si el universo es un bosque oscuro del que desconocemos casi todo, la manera más sabia de navegar por él es con la precaución de un cazador que en cualquier momento puede ser cazado.
Este postulado tiene su raíz en la ficción, pero eso no significa que no tenga lógica. Realmente, la teoría del bosque oscuro es bastante plausible por el simple hecho de que no es tan arriesgada como parece. No se hace ninguna especulación sobre las cualidades de las civilizaciones alienígenas, sobre su forma de comunicación o sus avances tecnológicos.
La teoría del bosque oscuro únicamente considera la siempre presente posibilidad del silencio, y no es un postulado universal. Bastaría solamente con que una civilización extraterrestre actuara con esta oscura paranoia para confirmarla. De todas maneras, para saberlo tendríamos que recibir señales de vida más allá de la Tierra, algo que no ha sucedido hasta la fecha. Si algún día recibimos noticias de otros universos, sólo nos quedará esperar que sean señas de paz y no de guerra.