Un estudio demuestra que los árboles tienen pulsaciones parecidas a las de un corazón. Los árboles son una fuente de energía y por eso ocupan un lugar central en muchas terapias relacionadas con la relajación, el bienestar y el equilibrio con la naturaleza.
Según el sitio New Scientist, los árboles también viven gracias a un “latido del corazón”, tal como lo hacen los humanos. El estudio fue realizado por Andras Zlinsky junto a un equipo de expertos en biociencia en la Universidad de Aarhus en Dinamarca. Juntos llegaron a la idea de que el latido del árbol existe pero es tan lento que es muy difícil detectarlo.
“Hemos encontrado que la mayoría de los árboles regularmente tienen cambios periódicos de forma, sincronizados en toda la planta, y más cortos que un ciclo día-noche, lo que implica cambios periódicos”, explica Zlinsky.
Durante la noche, los árboles actúan de manera similar que el corazón humano, a diferencia que en ellos quienes se encargan de bombear el agua son las ramas desde las raíces, lo mismo que ocurre con nuestro corazón y la sangre. En el caso de los árboles, el agua se expande desde las raíces hacia todas las hojas, llenándolas de vitalidad.
El estudio afirma que a pesar de tener latido propio no se parece en nada al de un humano. Esto es así ya que en el caso los hombres el pulso es regular y constante, y en los árboles no ocurre lo mismo. Esto se debe a que lo hacen sólo si necesitan más cantidad de agua, entonces bombean cuando lo consideran necesario.
El equipo de científicos que se encargó de desarrollar este estudio observó árboles durante la noche, para que el sol y el viento no interfieran con el movimiento de las ramas y, por lo tanto, no alteraran el resultado.
Este descubrimiento ayuda a tomar conciencia sobre la importancia de preservarlos y respetarlos. La naturaleza es vida y es tarea de todos cuidarla.