Av. Tomás Marzano 1284, Miraflores
447-1077

» Los cambios que nos están tocando vivir tienen un significado más allá de lo que vemos, es muy posible que las recomendaciones tengan una segunda cara, un objetivo adicional en nuestras vidas.»

Nos piden cuidar ojos, nariz y boca.
Para proteger los ojos, podemos usar lentes, quizá lo que en realidad necesitamos con esos lentes es VER diferente la vida, quizá lo que realmente debemos hacer es observar en conciencia y valorar lo que tenemos.

Tal vez proteger nuestra nariz, indique que hay que cuidar lo que respiramos, el olfato está conectado a la memoria, quizá necesitemos resetear un poco esa memoria conectada al olfato, para vaciar aquellos recuerdos que ya no nos sirven o nos causan dolor. También considerar el invaluable hecho de poder sentir el aire entrando a nuestro cuerpo, nuestro cordón umbilical al universo…poder aspirar, respirar e inspirar.

Podría ser que el uso del cubrebocas, proteja a los demás de lo que hablamos, de aquellos momentos cuando ofendemos con nuestras palabras, cuando maldecimos. Y nos proteje a nosotros de lo que comemos. Buen momento para que no salga de nuestra boca algo que no sea más valioso que el silencio.
Puede ser que la petición de “quédate en casa”, no solo se refiera a nuestro domicilio, sino al hecho de ESTAR DENTRO DE UNO MISMO, de estar en calma, reflexionando un poco, disfrutando de lo que pocas veces tenemos, tiempo de disfrutarnos y disfrutar a los que viven con uno.

Se me ocurre que esa idea de lavarse las manos o limpiarlas con alcohol, nos dice que cuando tocamos… dejamos huella, que más valdría TOCAR la vida de las personas con respeto, con higiene, con amor.

Que la intención de “limpiar todo” va más allá de “desinfectar como obsesionado cualquier superficie”. Nos dice que es un buen momento para limpiarnos y limpiar nuestro entorno de cosas que ya no sirven, de personas que no aportan nada positivo a nuestra vida. De limpiar nuestra mente y corazón.

Limpiar las suelas de los zapatos, lo relaciono más con evaluar dónde hemos estado, qué hemos pisado y necesitamos dejar atrás.
Que la vida no necesariamente se trata de ir abrazando y besando a cuanto ser encontramos en el camino… cuántas veces olvidamos o dejamos de besar y abrazar a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros padres. Que en este momento si están con nosotros, es prudente y diría yo hasta recomendable hacerlo.

Quizá la cuarentena nos obligó a poner nuestro ser y nuestros recursos en modo AHORRO DE ENERGÍA y eso a su vez nos acercó a la simpleza de un amanecer, de un bebida tomada sin prisas, de la bendición que es respirar y abrir los ojos cada mañana.

¡Tal vez es momento de en lugar de rechazar la realidad, aprendamos a aprovecharla!