Es indudable que la sexualidad es uno de esos aspectos que ha sufrido grandes cambios en los últimos tiempos. En general, son positivos, ya que actualmente hay menos tabúes, más aceptación de la diversidad y mayor libertad para experimentar. Sin embargo, una de las realidades que ha surgido o, al menos, se ha hecho más visible son las parejas sin sexo.
Se habla de parejas sin sexo cuando hay ausencia total de relacionessexuales o una ínfima presencia de las mismas. Según diversos estudios, esto parece ser un fenómeno en ascenso, aunque no está claro si más bien se trata de una realidad que comienza a hacerse notoria ahora, pero que existía desde hace mucho tiempo.
“El erotismo, ese triunfo del sueño sobre la naturaleza, es el refugio del espíritu de la poesía, porque niega lo imposible”.
-Emmanuelle Arsan-
Cuando hablamos de parejas sin sexo nos referimos a aquellas que por decisión propia se abstienen de tener relaciones sexuales. Ahora bien, en esta categoría no se cuentan quienes tienen disfuncionalidades que les impiden tener sexo. Eso es precisamente lo llamativo del fenómeno: se trata de una forma de relación deliberadamente elegida. Profundicemos.
El Centro Cambridge de Massachusets es uno de los pioneros en el estudio de este fenómeno. Allí se llevó a cabo una investigación en 2014 en la que pretendían establecer el número de relaciones sexuales que tenían las parejas estables por mes. Al finalizar, sus datos señalaron que hasta el 20 % de los estadounidenses correspondían a parejas sin sexo.
Un poco más adelante, se realizó un estudio similar. Los encargados fueron los expertos de MyWord y se centró en los españoles. Según las conclusiones que se extrajeron de los datos recogidos, alrededor de un 10,6 % de los españoles constituían parejas sin sexo.
Hasta el momento no se dispone de otros estudios concluidos en diferentes partes del mundo. Sin embargo, se sabe que en países como Japón el interés en el sexo es muy bajo. De hecho, hay cifras que hablan de un importante número de personas que pasan de los 30 años y aún no han tenido sus primeras relaciones sexuales.
Esta es una de las preguntas que surgen tan pronto como se habla de algún comportamiento que no encaja dentro de la mayoría. A la vez, se trata de una pregunta que no resulta pertinente. En el mundo de lo humano lo normal o anormal solo es un asunto de estadística. Nada más que eso.
La sexualidad es, o al menos debería ser, un terreno para la libre expresión de la personalidad. Lo que dos personas adultas acuerden libremente siempre está bien. La clave está en esas dos palabras: acuerdo y libre. Ambos tienen que sentirse cómodos con sus elecciones y ninguno de los dos debe sentirse o estar presionado.
La mayor libertad sexual de nuestros tiempos ha traído consigo un mayor cuestionamiento frente a la sexualidad. Antes, virtualmente no era posible elegir nada. El sexo estaba tan normatizado que el único problema era adaptarse a los parámetros establecidos. Hoy en día la pregunta por la sexualidad involucra muchísimas más aristas.
A lo anterior se suma el hecho de que ahora tenemos también un concepto mucho más amplio de la sexualidad. Sabemos que el coito es solo uno de los caminos para experimentarla. También hemos comprendido que cada ser humano es diferente y mientras algunos se expresan una sexualidad muy intensa, otros necesitan más del erotismo que de lo genital.
Casi todos los expertos coinciden en que las parejas sin sexo también pueden tener una relación satisfactoria y feliz. Son parejas que construyen los espacios de intimidad de otra manera. Que no tengan sexo no quiere decir que tampoco tengan contacto físico. Simplemente, para algunas parejas la relación sexual es determinante. Para otras no. Aunque unas sean mayoría y otras minoría, ninguna es “anormal”, al menos en el sentido despectivo de esa palabra.
Ahora bien, ¿la falta de sexo en una pareja puede convertirse en un problema? La respuesta es sí. Esto sucede, obviamente, cuando uno de los dos no está de acuerdo con esta situación. También cuando las parejas sin sexo no desarrollan otro tipo de contacto físico o cuando esa condición se acompaña de indiferencia, aburrimiento o falta de interés mutuo. En esos casos, la ausencia de relaciones sexuales es señal de que hay un gran distanciamiento entre los dos.