Que importante es comprender y aceptar que cada uno tiene su tiempo, que cada quien va a su propio ritmo. No todos van a tu paso y mucho menos van por tu mismo camino.
Cada persona tiene su propio momento de despertar y eso se debe de respetar. Es importante no interrumpir en el proceso de cada persona, porque cada evento es clave para su propio despertar espiritual.
Tú no eres responsable de salvar a la gente.Tú no eres responsable de convencerlos de que quieren ser salvados. No te sientas mal, solo acompaña.
Así que si no quiere ver, no le enciendas la luz, lastimarás sus ojos. Si no te quiere escuchar, no levantes la voz, dañarás su conciencia.
Si no quiere caminar, no insistas más, no proporciones apoyo, que sus pasos pueden ser dolorosos. Su despertar no es tuyo, es exclusivamente suyo.
Si en algún momento hiciste de su dolor tu dolor, suelta, eso no te pertenece y deja de lastimarte.
Sé amorosamente egoísta, silenciosamente paciente, amigablemente distante. No te pierdas en ello. Re-encuéntrate y alégrate, porque tú sigues siendo tú.