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¿Mi vida? Mejor hablar de asuntos útiles para sus lectores, más que de circunstancias de mi biografía.

De acuerdo, pero creo que conocer su vida puede ayudar a entender su método. ¿Qué recuerda de su juventud bajo el nazismo? El catolicismo de sus padres les blindó de aquella barbarie, he leído.
Proponga un tema, y centrémonos en eso.

De acuerdo: la madre. Sostiene que la figura materna moldea nuestra psique.
¡La madre está en el fundamento de nuestra felicidad! Si estás en buena conexión con tu madre, brillas.

¿Brillas?
Si uno tiene bien integrada psíquicamente a su madre, irradiará alegría, la gente le amará, triunfará en su vida, brillará.

Pues por eso le pregunto por su madre.
Si amamos a nuestros padres tal como son, si decimos “sí” a lo que son y, sobre todo, si estamos contentos de que nos pariera nuestra madre, ¡brillaremos de felicidad!

Fue usted sacerdote católico, misionero entre los zulúes durante 16 años… ¿Qué aprendió allí?
Jamás vi un niño zulú irrespetuoso con sus padres, con sus mayores, sus antepasados… ¡Sería inconcebible para un zulú hablar mal de sus padres!

Dejó usted el sacerdocio católico al hacerle alguien cierta pregunta… “¿Qué es más importante para ti: tus ideales o las personas?”, le preguntaron. Recapacitó y regresó a Europa hace 30 años para formarse en psicoterapia.
No hablo de mí: no es tema. Pregúnteme algo que sea útil a los que lean esto, por favor.

Ideó un método psicoterapéutico: las constelaciones familiares. ¿Qué es eso?
¿Está dispuesto a escuchar cosas que puedan parecer algo extrañas?

No será la primera vez, no tema.
Cuando alguien tiene un bloqueo, un conflicto, un nudo, y quiere abordarlo para resolverlo, yo lo coloco en el escenario del taller de psicoterapia, o bien coloco a alguno de los presentes para que le represente.

¿Aunque no se conozcan entre ellos?
Aunque no se conozcan, ni aunque el representante sepa nada del representado.

¿Y qué sucede entonces?
Que el representante hace algo, mira a algún lado, se mueve… Si mira al suelo, está mirando a alguien muerto, quiere morir. Coloco ahí a otra persona que represente al muerto. Los movimientos se suceden y van expresando el conflicto.

¿Qué mecanismo está operando ahí?
No busque explicación científica. Lo cierto es que ahí se manifiestan las fuerzas que nos traspasan. A cada representante le invaden las emociones de los representados, el conflicto se manifiesta en esos movimientos impredecibles.

¿Y qué papel desempeña usted?
Ninguno. Sólo siento y observo lo que sucede. La figura de la madre es representada siempre en algún momento. No necesito preguntar, sólo veo qué pasa. En el caso de personas con fracasos en su vida personal y profesional, siempre es lo mismo: ¡desconexión con la madre!

¿Sí? ¿Y puede eso repararse?
Puede. A menudo se reencuentra con la madre, se abrazan, respiran hondo… ¡Se han reconectado! Esos movimientos han unido lo que estaba separado.

¿Nuestros fracasos e infelicidad vienen de decisiones con la madre, pues?
Sí. Muchos empresarios fracasan porque reproducen con su empresa la misma relación de rechazo que mantienen con mamá.

¿Y qué pinta el padre en todo esto?
La madre nos conecta a la vida y el padre nos conduce a la vida social.

¿Qué pasa con el recién nacido cuyos padres se separan?
Si los padres acuerdan seguir desempeñando sus respectivas funciones de padre y madre, nada grave.

¿Y si la madre menoscaba la figura del padre ante el hijo?
Si una madre menoscaba o hurta la figura del padre, incapacita a sus hijos para el éxito social y siembra en sus hijos una rabia… que un día ellos le devolverán.

¿Por qué existe hoy tanto niño tirano?
He visto a un niño de dos años agresivo: ha absorbido la rabia que su madre no asumió por un aborto… A veces el niño capta que papá o mamá no quiere vivir, y es agresivo para atraer su atención hacia la vida.

¿Por qué tantas mujeres asesinadas?
Víctimas de los hombres por centurias, las mujeres hoy miran a los hombres con rabia acumulada… y algunos hombres reaccionan criminalmente a esa mirada.

Aconseje a una chica a punto de parir.
¿Quieres parir de verdad? ¿O sólo que te extraigan al bebé sin enterarte?: anestesia y cesárea hurtan al niño su primera oportunidad de luchar y su gran ocasión de obtener una victoria en esta vida. ¿Podrá una criatura con este comienzo imponerse luego en la vida y triunfar? Difícil, difícil…

Por Víctor Amela para la Contra de La Vanguardia