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En la actualidad, nos enfrentamos a una velocidad de información casi indescifrable, los medios de comunicación, el acceso a ellos, la globalización y la apertura mundial, han transformado las fronteras, casi las han invisibilizado, quedando sujetos los espacios geográficos a las delimitaciones políticas de cada país.

De esta realidad no puede escapar nadie, incluso nuestros hijos, los cuales aunque se encuentren bajo orientación y vigilancia, es evidente que no podemos controlar todos sus espacios, tiempo, relaciones y encuentros con todo tipo de cosas, personas y circunstancias en la vida.

Es más fácil dar consejos que sufrir con fortaleza la adversidad. Eurípides de Salamina

Muchas veces, preferimos que nuestros hijos, en determinadas edades, aprendan cosas por sí mismos, algunas veces de manera acertada, otras por incomodidad ante ciertos temas y otras por confianza, no nos damos cuenta, que de quienes nuestros hijos reciban las primeras informaciones, debería ser de sus padres o al menos de esas personas cercanas, que les conocen, que saben como hablarles y dirigirse a ellos, porque conviven con ellos, porque conocer su carácter, vulnerabilidad e inclinaciones.

Por muy incómodo que sea  un tema, es menester de los padres abordarlo, debemos y tenemos la responsabilidad, de introducir a nuestros hijos en todo tipo de temas, acorde a su edad, que por cierto cada vez es más prematuro todo en el mundo, de manera que debemos armarnos de valentía y conocimiento y buscar las maneras de hablar claro y preciso con nuestros hijos.

Escuchad el consejo del que mucho sabe; pero sobre todo escuchad el consejo de quien mucho os ama. Arturo Graf

Por más cómodo que pueda resultar, dejar esos temas candentes en manos de otros, no debemos jamás confiar en cómo le llegará la información a nuestros hijos, muchas veces no la reciben de los medios de comunicación, sino de compañeros, amigos, adultos ajenos a ellos o cualquier situación que los induzca a enfrentar determinadas acciones, no conocemos ni podemos conocer las intenciones de nadie, ni mucho menos cuales serán las preguntas e inquietudes de nuestros hijos en torno a determinados temas, si no nos atrevemos a conversarlo con ellos.

Drogas, pornografía, relaciones amorosas, divorcio, delincuencia, peligros inminentes, sexualidad, realidades trágicas en el mundo, muchos temas pueden despertar la curiosidad de nuestros hijos, pero por lo general, cuando surge la curiosidad en ellos con respecto a ciertas cosas, ya hubo un acercamiento previo al tema, como no podemos controlar todos sus espacios de actuación, lo mejor es hablarles claro desde el comienzo.

La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.
Cicerón

Todos deseamos tener una voz guía, esa experiencia viva que nos oriente, que nos intuya, especialmente cuando se es adolescente, que mejor palabra puede dar un padre a su hijo que la verdad, más allá de que los hijos sigan o no nuestros consejos, hablar claro no es parte de un sermón, es acercar a tu hijo, sus sentidos y su razón, a esas cosas que jamás queremos ver en nuestra vida, que preferimos verlas de lejos o en otras familias, sin embargo, este deseo no basta para evitarlo.

La mejor guía de tu hijo eres tú, no permitas por comodidad o temor, que tu hijo consiga información en otras partes, cuando puede obtenerla de ti, quien más lo ama.