Muchas veces pasamos por situaciones tan malas que sólo quisiéramos despertar y descubrir que todo fue un mal sueño, ¿verdad? El dolor es muy grande cuando se ha querido tanto, cuando se han vivido grandes emociones, cuando soñamos que todo era para siempre porque nunca pensamos que necesitaríamos pronunciar la palabra “adiós”…
Cuando alguien se va de nuestras vidas nos inunda un amargo dolor, uno que es semejante al luto, pues sufrimos la ausencia y el dolor de saber que esa persona ya no seguirá en nuestras vidas.
¿Qué hacer cuando se van de nuestras vidas?
Seguir adelante, sea como sea no queda más que seguir adelante. Si en esa relación rota ya no hay nada que puedan darte, no queda más que aprender a decir adiós. Sé que es difícil, que no es fácil seguir adelante sin esa persona que pensabas que estaría siempre contigo, pero no debemos caer en cama o bajo depresión, hay que ser valientes y tratar de continuar.
Nunca es fácil volver a comenzar, porque ¿a dónde llevas todo ese dolor? El dolor acaba siendo llevado en un rincón del alma, allí donde se guardan los recuerdos, las alegrías y las tristezas del amor que fue y no volverá a ser.
Se fue tu amor, y lo pasarás mal.
Cada día siguiente será peor hasta que un día después de extrañar tanto te darás cuenta que debes continuar. Seguramente muchas veces intentarás volver, quizás llamar, o puede que intentes volver a verle… ¿Pero para qué? ¿No es eso continuar tratando de salvar lo que ya no se tiene?
Creo que cuando una de las dos partes pone un final a una relación, es que algo ya ha muerto, algo ya se fue. Querer continuar con eso sólo es masoquismo. Debemos saber parar y decir “hasta luego”, saber seguir adelante por nuestro propio bien.
Recuerda que la peor parte se vive por las noches, porque es cuando más soledad se siente, cuando más piensas en lo mucho que lo extrañas.
Para bien o para mal, nunca le olvidarás, nunca. Pero dejarás de extrañarle, dejarás pasar las cosas, y volverás a comenzar otra etapa de la vida. Te volverás una persona más desconfiada, más triste… pero Dios en su inmensa misericordia te dará fuerza para seguir adelante, para continuar tu vida haciendo que esa tristeza sea cada vez más pequeña en relación a lo que vives cada día.
Siempre sigue adelante, recordando que siempre que se nos cierra una puerta se nos abre una ventana. Procura ser feliz, es difícil, lo sé; pero hay que salir de ese hoyo tenebroso. Mira a tu alrededor, siempre hay alguien que estará dispuesto a ofrecerte su apoyo, tal vez por eso mismo estés leyendo esto, que te lo enviaron con la mejor de las intenciones. Te podemos ayudar, pero la parte más importante eres tú, porque eres protagonista principal de esta triste situación.